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22 marzo 2007

El hombre y la fregadera

Estoy contento porque voy camino de tener la casa domotica. Por el momento ya he conseguido la fregadera inteligente, bueno sino inteligente he conseguido que tenga una mala leche que haría palidecer a una manada de demonios de tasmania.

Todo empezo unos días cuando la fregadera se negó a seguir tragandose el agua, así que cada vez que se fregaban los platos se ponía a prueba la fisica de los vasos comunicantes, tiraba agua por una fregadera y salía por la otra. Le dí un tiempo que consideré apropiado para que reconsiderada su posición y viera las bondades de volver a tragar el agua. Pero las fregaderas en general y la mía en particular son de natural cabezonas así que decidí ponerme manos a la obra.



1er Asalto: El desmontaje

Después de sacar doscientos treinta botes que convivían en el armario bajo la fregadera (prometo enmendarme y aprender para que sirve cada uno) pude ver los entresijos de la fregadera. Para los no expertos diré que consiste en dos codos que se juntan en una especie de botijo (llamado sifón) que tiene dos oberturas, una por donde entra el tubo por donde se juntan los dos codos y otro que va hacia la pared.

En un ataque desmontador quité todas las roscas, todas, las gomas, los codos, los botijos, los sifones... Para sacar la última goma tuve que meterme dentro del armario. Viendo mi extraña posición la fregadera se dio cuenta de que me tenía a su merced, así que lanzó un chorro de agua "no limpia", llena de tropezones... falló por poco porque yo pude moverme lo justo para evitar el chorro mientras golpeaba los bajos de la fregadera con todas mis fuerzas con mi frente. Que gran momento para practicar mi curso de insultos en griego.

Tras limpiar todos los tubitos, codos y botijos. Vuelvo a montarlos, le doy al grifo y ... pierden agua todas las juntas. Vuelvo a desmontarlas, vuelvo a montarlas de nuevo y ahora ya no pierde peeeeero, si antes el agua era deglutida por la fregadera con la potencia de un aspirador de tienda de chinos, ahora la fregadera era un pantano.



2º Asalto: Quimica casera

Alguien me había dicho alguna vez que calentando Coca-Cola se podían desastacar tuberías. Como siempre en estos casos, no tenía CocaCola en casa, prueba de que no soy un gran consumidor, así que me tocó bajar a la tienda de chinos de la calle de abajo, comprar una botella de dos litros. Puse mas o menos un litro en un vaso medidor, volvi a desmontar las tripas de la fregadera, me metí otra vez dentro del mueble aguantando con una mano el tubo, con la otra el vaso medidor caliente, con la otra apartaba el sifón que me tapaba la cara y con la que me quedaba aguantaba un embudo para atinar a echar el liquido dentro del tubo del desagüe (¿no os había contado que era un artropodo?). Ahora la pregunta del millón, con todo este follón ¿Donde acabó la CocaCola?

Todos aquellos que hayan respondido dentro del tubo es que no me conocen, los que hayan dicho en mi cabeza acertaron. Un litro de CocaCola bastante caliente fue a parar a mi cabeza y tronco, justo las zonas que antes se libraron del baño de agua "no limpia". En un intento de esquivar solté el sifón que me dio en los morros y le metí un cabezazo a una de las paredes del armario. Mi mujer se acercó justo para oir como iban mis progresos en maldiciones en punjabi. Si la fregadera tuviera cara en ese momento sería una cara de amplia satisfacción.

Pero "No importa cuantas veces caigas siempre que acabes levantandote" y surgiendo de mis cenizas cual ave fenix, cogí una cacerola y calenté el litro de cocacola que me quedaba, hasta el punto de ebullición, volví a montar las tripas de la fregadera y tiré el liquido del demonio por la fregadera. En un primer momento la cocacola se quedo humeando y después se la tragó.





3er Asalto: El desmontaje 2

Viendo que posiblemente el problema se había solucionado, vuelvo a meterme dentro del armario (alguien ha contado las veces que sali del armario ese domingo :D) Contar que meterme en el armario era super agradable, el suelo era una mezcla de agua "no limpia", Coca Cola recalentada y tropezones de cosas que la fregadera habia escupido. Vuelvo a desmontar todas las tripas y me las llevo a la bañera para darles un buen fregado y quitarles restos de Coca Cola y suciedad que pudieran quedar. Pongo el "telefonillo" de la ducha en la posición de máxima presión y ... ... se rompe. Se me rompió la ducha, en tres trozos y el más gordo de ellos fue a parar dentro del WC. Como ya tengo suficiente con la fregadera atascada me toca pescar el trozo. Aquí tenía dos opciones: 1. Ser un hombre y superar todos los obstaculos, 2. Perder la poca cordura que me quedaba. Opte por la segunda y mientras maldecía el maldito momento en que me puse a arreglar la fregadera, reía y lagrimas como puños recorrían mis mejillas. Mi mujer se apartaba de mi al ver que ya estaba perdiendo los vinculos que me unían al genero humano.

Vuelvo otra vez bajo el armario de la fregadera, vuelvo a montar todos los codos, sifones y tubos varios. Le doy al agua fria y... sigue embozada, igual de embozada que al principio o peor. Yo estaba en el punto en que me estaba planteando arrancar la fregadera y lanzarla por la ventana, con un estado de animo que haría que Annibal Lecter se planteara dejarme solo un ratito para que se me pasara el cabreo, vuelvo a meterme dentro del armario, le quitó la tapa del sifón sin pensar que acababa de tirar unos dos litros de agua fría. Por un momento volví a la infancia, cuando jugaba a ese inocente juego que era tirarse globos de agua, pero con globos de los gordos. Unos dos litros de agua fria me cayeron encima de golpe, que por raro que parezca no enfriaron para nada mi estado de animo.

Con un estado de felicidad interior que rayaba el cero absoluto volví a desmontar todos las tripas y ha repasar todas las juntas, con lo que rompí una goma que hacía de junta. En este punto ya me planteaba lo útil que sería comer en platos de plastico o en un restaurante todos los días.

4o Asalto: Armas de destrucción masiva

Ante la imposibilidad de seguir puse un cubo dentro del armario y al día siguiente fui a la ferretería y llorando como un niño le dije: "deme algo que desatasque la fregadera" y me vendieron un bote que seguro que en los EEUU minimo esta considerado arma quimica. Como no podía tocar ni la piel, ni los ojos, ni los pelos vamos que no se podía ni mirar directamente me puse unos guantes de cocina, de esos de fregar los platos (algo que ya estaba viendo que en mi casa ibamos camino de no hacerlo nunca más). Abro el primer tapón del bote, no sin emoción, y me encuentro que le han puesto una tapa de seguridad de esas que se abren con una minilengüeta, como los guantes que llevaba no eran de esos con los que se puede jugar a cartas y expresas cariño, me costó un buen rato quitarle la tapita de las narices.

Cuando se la quité eche 300 ml. por la tubería, herví agua y la eche también, le puse unas velitas a la fregadera y le pedí por favor que se apiadará de mi, que le mostrara favor a su subdito y que comenzara a tragar agua.

Tras toda una noche de una intensa guerra quimica en las tuberías hicimos la prueba definitiva. Volvimos a hervir agua y la lanzamos por la fregadera, en un primer momento el agua se fue despació, al cabo de un rato volvió a salir todo lo guarra que se podía hasta el punto de desbordarse y al momento volver a desaparecer (esto eran los estertores de la fregadera) y desde este momento la fregadera comenzó a tragar.



Ahora junto a la foto de mi mujer en la cartera llevo tambien la foto de la fregadera que tantas alegrías me ha dado.



Solo me queda ahora arreglar la ducha, me parece que este domingo... NI PENSARLO

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