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13 octubre 2011

¿Trabajo duro?... no gracias.

Se porque soy informático, lo soy porque soy alérgico al esfuerzo físico. Cualquier alergólogo lo confirmara, cuando estoy sometido a trabajo duro me cuesta respirar, siento calambres en brazos y piernas por no hablar de un exceso de sudoración y debilidad.

Estuve con la familia haciendo una barbacoa y mi padre, que vendría a ser como el superhéroe del bricolaje, estaba hiperactivo. Cuando llegamos estaba podando unos arboles, como se le había roto la escalera estaba haciendo equilibrios entre dos ramas, me giré un momento ha hablar con mi madre que me contaba algo de que se había caído y al volver para reñirle como un buen hijo aplicado ya no estaba, estaba cortando unas cañas encima de un montículo. Luego bajó y volvió a desaparecer para reaparecer con un cubo de tomates que acababa de recoger. Mi padre es mayor que yo, quería hacer esta pequeña aclaración, podría alguien dudarlo por los niveles de actividad que despliega él y el que despliego yo, a mi me gusta decir que yo soy más reflexivo, otros dirían flojo.

Tuvo un momento de duda entre tarea y tarea y mi madre le dijo que preparara el fuego para la barbacoa. Yo me puse a su lado con mi cara de "Descansa y deja que tu fuerte hijo se encargue".

- Coge la sierra, que no se donde la he dejado y corta un poco de leña gorda.

Encontré la sierra fácilmente, mi padre solo se había movido por un área que se podía medir en campos de fútbol. La sierra era una que Jack el destripador hubiera pensado en cambiarla por vieja, mas o menos largas como mi pierna y posiblemente pesada como ella.

Fui a un montón de ramas apiladas. Cogí la sierra por la única parte que parecía un agarradero y comencé a serrar. La rama se movía mientras yo la arañaba, no había serrado nunca pero algo me decía que tenía que ser algo más ágil. Pisé un extremo de la rama para evitar movimientos. La rama bajó hasta el nivel del suelo. Estaba intentando serrarla con la posición que tiene quien espera que le salten al potro. Arrodillarse no era una opción, sentarse tampoco. Levanté el pie. La cogí con la mano izquierda mientras que con la derecha comencé a serrar. La sierra se encallaba mientras hería la madera. Mi padre se acercó preocupado, supongo que pensando que con el tiempo que había pasado yo estaría deforestando el bosque cercano y al verme me dijo: "Esa madera no es, esa está verde, el montón es ese de allí."

Bajé al segundo montón y comence a hacer leña del árbol caído.

Después de comer mi padre me dijo que quería limpiar la piscina. Para los que no hayan visto nunca decir que la "piscina" es una alberca de riego. En ella he visto yo las libélulas más grandes que nunca pude imaginar. Estaba llena de unos bichos infectos de grandes patas traseras por no hablar de los mosquitos. El fondo de la piscina tenía suficiente arena y polen acumulado se podrían hacer dunas. Vació la piscina y casi todos los que comimos la parrillada comenzamos a palear agua, barrer arena y bichos. El trabajo era algo parecido a intentar barrer la playa pero con bichos.

En un momento mi padre me comentó:

- Ya he descubierto donde está el avispero - Durante toda la comida habíamos sido asediados por estos simpáticos insectos del demonio.
- ¿Dónde?
- Ahí en el ladrillo - Dijo señalando a un ladrillo en la pared en que estaba apoyado. - ¿Les echo agua?
- NO, espera que me aparto un poco, me alejo un poco, que se yo, me voy a Barcelona. No les eches agua que se cabrearan - siempre me he preocupado yo de los sentimientos de las avispas y no haría yo nada que pudiera hacerles sentir mal.

Finalmente la piscina quedó vacía y razonablemente limpia, nunca diría eso de "Se podía comer dentro", pero por comparación estaba limpia.

No corte ni la mitad de leña que mi padre, ni limpié tanto como él, por no habar de que no subí a arboles, así que si alguien tenía dudas de a quien he salido podríamos descartar a mi padre. A mi padre dale algo que hacer con las manos y es feliz. Eso si, si le pides que te monte un mueble, has de saber que apretará los tornillos como si fuera para un submarino. Si algún quieres desmontarlo mejor será que arda el mueble, porque ese tornillo no se va a mover.

Pero volviendo a la barbacoa, no todo lo hizo él. Yo tuve un papel primordial, base, imprescindible e insustituible: Hice mazorcas, dándoles la vuelta y todo.