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23 diciembre 2017

Donde está el cuerpo esta el peligro

Es época de esquí. Ese sano deporte de pleno contacto con la naturaleza, con la blanca nieve cubriendo las montañas ahogando los sonidos y dando esa sensación de silencio y soledad solo rota por los gritos histéricos de los que están aprendiendo a esquiar. Mucho cuidado los esquiadores con lesionarse las articulaciones, tan comunes de los giros típicos del esquí y las caídas.

Como yo no esquío he tenido que romperme el peroné bajando de un bordillo.

Tenía pensado inventarme alguna historia para darle un poco más de toque épico, algo así como rescatando un gatito de un edificio en llamas, luchando contra un atracador (esto es más verosímil en mi barrio), pero al final he decidido ser franco (franco como adjetivo no como personaje histórico).

Caminando por la calle un bordillo salvaje a apareció, no lo valoré en su justa medida, me dispuse a cruzar la calle y pisé sobre una alcantarilla o sobre una baldosa rota o que soy torpe y no tengo que buscar excusas. El tobillo se dobló hacia afuera, el cuerpo decidió que tenía que seguir la nueva dirección que marcaba el tobillo. El cerebro sopeso riesgos y vio que seguir con esa tendencia me caería de lado sobre la carretera e intentó corregir la trayectoria. El tobillo hizo lo que pudo con la contraorden del cerebro y se torció hacia adentro. En este punto pude oír, algo que no me había pasado con otras roturas, un chasquido. Un chasquido que era la forma del tobillo de decirme "Mira yo hago lo que puedo pero no me pidas que yo solo mueva todo cuerpo de un lado a otro. Tendrías que haber hecho dieta y así lo mismo." Nunca un chasquido había dicho tanto. En una decisión un tanto extraña el cerebro decidió que lo mejor en aquel momento era correr hacia adelante. Era algo así como si te vas a caer mejor vamos a coger velocidad a ver si además del tobillo podemos romper algún diente.

Cuando solo faltaba que me subiera a un monociclo para acabar el espectáculo a lo grande conseguí cruzar la calle. Me sentía como si me hubieran disparado en el pie pero lo primero es lo primero. Me giré a ver si tenía espectadores. Tras de mí había una pareja que ya estaba buscando asiento y mirando a ver si podían conseguir unas palomitas. Estaba oscuro pero les miré con esa media sonrisa de "Circulen, no hay nada que ver, yo cruzo así siempre"

Intenté retomar mi camino pero vi que a partir de ese momento caminar se iba a convertir en algo fácil y divertido. Media hora más tarde estaba en el coche de mi padre camino a urgencias.

La llegada a urgencias fue normal, nada reseñable, un poco de espera y la sensación esa de "pues lo mismo no era tanto" a ver si apoyo el pie y el pie entonces mandaba esa señal de "como me apoyes te hago llorar".

Me visita un medico agradable posiblemente argentino.
- Parece un esguince
- Puede ser
- Haremos una radiografía
- Lo veo bien
- Ves a rayos - siempre me ha gustado eso de "ves a rayos" suena ves a rayos y organiza una tormenta - está al final del pasillo a la derecha
- ¿Andando?
- Si, está al final del pasillo
- Es que como me duele el pie
- ¿Mucho?
- Suficiente - Pero como uso los dos pies para caminar, que bien iría que alguien hubiera inventando algo parecido a una silla pero que tuviera ruedas para desplazarme y que si existiera este invento lo tuvieran en un hospital
- ¿No puedes caminar?
- Si tenéis alguna silla de ruedas - Sino nos os preocupéis que voy reptando por el suelo como si fuera Rambo cubriéndose del fuego enemigo
- Llamo a un celador y te llevan

Un celador viene con una silla de ruedas (al final si que existía el invento) y me lleva a rayos.

Tras ver las radiografías el traumatólogo me dice que al final si que tenía algo. Estaba roto el peroné, como un arrancamiento. Por lo que entendí el ligamento podía haberse roto pero en vez de eso decidió arrancar el trozo de hueso donde va unido. Se ve que suena peor de lo que es. Una rotura menor. Pero había que poner escayola.

Me dice el doctor "¿Qué prefieres corto los pantalones o te los quitas?" La opción era salir en calzoncillos o romper los pantalones. Valoré unos instantes cortar los pantalones pero al final decidí que ya me cubriría de alguna forma. Me quito los pantalones y, maravillas de las clínicas de pago, me trajeron unos pantalones de papel, no me los pondría para el día de mi boda pero salvaguardarían mi dignidad. Me intento subir a la camilla, que estaba a la altura como si hubieran tratado un jugador de la NBA antes, y oigo RAAAAS eso era el pantalón de papel y mi dignidad.

El médico ya estaba on fire. Empieza a ponerme capas de venda, capas de algodón, yeso, yeso, yeso. Le da forma como si estuviera haciendo de extra en la famosa escena de Ghost, que ahora que lo pienso hubiera estado bonito que ella hubiera sido traumatóloga y el novio muerto estuviera con ella dando forma a una escayola. El médico estaba un poco agobiado porque en el box de al lado había un hombre que se había roto la mano en una pelea y no tenía su mejor momento de amabilidad. Así que rápidamente me explico temas de reposo y medicación y se marchó y a su barco le llamó libertad, perdón que no es una canción de Perales.

Llegó otro celador y me iba a sacar a la sala de espera para devolverme a mis seres queridos.
- Perdone, antes de sacarme ¿no tendría algo para taparme el pantalón roto y conservar la dignidad?
- Otro pantalón
- Sea otro pantalón
Y me trajo otro pantalón, mismo estilo. Me lo pongo y al hacer el ultimo movimiento para ajustármelo oigo RAAAAS. "Que queréis de mi, mátame ya" pensaba. Había arrancado la cintura del pantalón pero serviría.

Problemas de logística añadidos. Yo vivo en un cuarto piso sin ascensor. Conseguí un par de muletas y me disponía a subir a casa de mis padres que tienen 4 peldaños hasta llegar al ascensor. En los cuatro peldaños casi muero cinco veces. Estaba seguro que no podría volver a casa y así estoy tras casi tres semanas, he vuelto a la adolescencia, a casa de mis padres y con la pierna estirada.

Así que lo que decían las abuelas: "Donde está el cuerpo está el peligro" Da igual que vayas a esquiar o a cruzar la calle si eres torpe te vas al suelo.