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13 junio 2013

Carolina trátame bien

La mala leche es como la materia oscura del universo, tu no te la ves dentro de ti pero estás lleno de ella. Cuando la mala leche se desata es igual que haber comido cabezas de ajos todos los días durante el último mes, se te sale la peste por los poros.

Hace unos días al ir a buscar el coche al parking para ir a trabajar me encuentro que tiene como un pelo blanco enganchado. Pero ni las brujas de pelis de japonesas tienen el pelo tan largo, me acerco un poco más y veo que es una ralladura que comienza donde la luz trasera y se extiende por todo el lateral, capó, parachoques y el otro lateral. Como muy bien le enseño su madre el artista que tomo mi coche por su lienzo fue muy concienzudo e hizo varias pasadas. En el capó al principio pensé que había escrito una H pero después pensé que podía ser un 14.

Yo soy de emociones lentas, a mi la ira me va como con un hervidor de agua. Notaba que me iba calentando por dentro. Me fui a mirar si había más coches autografiados y no. Yo era el único agraciado. Alguien se había colado en el parking por la noche, con su llave, punzón, sus uñas de garrulo (que se yo) había comenzado a decorarme el coche. Sería muy fácil ahora decir que su madre alquilaba su amor y que el podría dar a luz pequeños chotos (choto = cría de la cabra) dada su condición de macho cabrío.

Esto que me ha pasado me hace tener una reflexión: ¿Que da mas mala leche? ¿Que te suceda una desgracia? o ¿Que no lo suceda a nadie más?

Con mi coche recién decorado me fui a trabajar. Menos mal que tengo media hora hasta llegar al trabajo y pude ir masticando mi ira un rato.

Ya en el trabajo llamo a mi aseguradora. Me identifico, identifico a mi padre (tomador del seguro), identifico el coche, identifico la poliza del seguro, identifico a mis futuros hijos e identifico a la operadora.

- Me han vandalizado el coche, un ... - intento no decir calificativos - humano me ha rayado el coche esta noche y quiero arreglarlo.
- Muy bien - Muy bien no, muy bien tu madre en bicicleta. - Querrá llevarlo a un taller - No quiero llevarlo a un crucero por las islas griegas a ver si pone moreno y se le va el blanco de la raya. - Tiene algun taller de confianza
- Si, donde lo lleve la ultima vez - que uno decidio que mi retrovisor era precioso y se lo llevo. - Está en Pere IV.
- Pere
- Quart
- Pere 
- Pedro Cuarto
- Me sale que hay uno en Pare Cuatro. - Sonaba como a castigo del monopoli "vete a parir cuatro vete sin pasar por la casilla de salida"
- Ese es
- Muy bien pues llévelo mañana y mandaremos un perito

Esa tarde me fui a la comisaría a poner una denuncia. Una amable mosso de esquadra (no estoy seguro de que se les llame mossas) me toma declaración, me pregunta si se quien ha sido, si hay más coches afectados... todo muy correcto.

Al dia siguiente estaba yo el taller con mi coche. El del taller se lo mira:
- Parece que hay alguien que te tiene manía. - Yo llevaba toda la noche pensando que podría haberle hecho yo a alguien para que me hiciera eso y (con la inestimable ayuda de mi mujer que ya no sabía como calmarme) me había convencido de que nadie me tenía manía que era manía a los coches de 4 ruedas o a los coches granates. Ahora venía el del taller y reafirma mis temores. 

Que en Pedralbes (un barrio rico de Barcelona) alguien te tenga manía puede acabar con una rueda pinchada, que en mi barrio alguien te tenga manía puede provocarte una reorganización de organos internos a patadas.

Pasa un día y me llaman del taller diciéndome que había pasado y que no había dado el visto bueno para reparar pero que no sabían por que, que llame a la aseguradora. Desde la pagina web de la asegurado me asignan a una técnica para mi parte llamada Carolina.

Llamo y pregunto por Carolina (pienso en la canción de MClan "Carolina trátame bien, no te rias de mi, no me arranques la piel...").
- Carolina no trabaja en este turno. Ella es de la mañana.
A la mañana siguiente llamo y pregunto por Carolina, previamente le habia mandado un mensajes por la web de la compañía.
- Carolina esta por las tardes. 
- ¿Es posible que Carolina cambie de turno todos los días?
- Señor Carolina no está pero yo puedo ayudarla. - Obvie que me tratara de mujer, si me ayudaba como si me trataba de animal de granja.
- Mira me dijeron en el taller que el perito no autorizó la reparación
- Es que no tenemos todavía el informe del perito - Se ve que los peritos escriben sus informes en su hispano olivetti y lo mandan desde su país peritolandia.
- Cuando lo tendrán?
- ¿Hay peritos mas rápidos y peritos mas lentos? - Estaba ya en un punto que mas que una profesión parecía que ser perito era una especie diferente de humano. ¿Los peritos se reproducen entre ellos? ¿Aullan a la luna cuando están en celo?
- Carolina se pondrá en contacto con usted cuando tengamos el peritaje.

A todo esto, mientras esperaba a que un perito salvaje redactara un informe, me cambié de parking. Mi nuevo parking está a unos pocos metros del núcleo terrestre. Si fuera un poco más profundo tendría que bajar con oxigeno. Mi padre, que es un santo varón  me ha dejado el coche y aprovechando que no tenía el juego del embrague muy por la mano, que mi habilidad conduciendo sería como la de una serpiente resolviendo cubos de rubik y que mi nuevo parking tiene más columnas que el partenon de atenas y una pendiente de bajada que podría servir como lanzadera espacial me decidí a bajar el coche de mi padre.

Al día siguiente volví a llamar a la compañía. Es un 902 pero cuando uno se siente rico. Carolina no estaba y me empezaba a preocupar ¿Estará bien la pobre chica? Pero había llegado la paloma enviada por el perito con el informe. Había decidido el perito que todo no podía estar en un mismo parte, que mejor hacer cuatro partes uno por lado y que por hojas no iba ser. Como yo tengo franquicia de 150 euros multiplicados por cuatro partes entonces, alehop, a pagar 600 euros.

- No estoy de acuerdo - dije yo en una inocencia infinita como pensando que estábamos intercambiando opiniones, y eso que yo de asertividad cero como escribí hace poco.
- Mire es que el perito ve que hay ralladuras que no son del acto vandalico - cada vez estoy más convencido que no solo son de otra especie los peritos sino que además tienen los sentidos  diferentes a los humanos. - por eso se hacen cuatro partes.
- Ya pero es que tengo una denuncia de la policía que dice que son del mismo acto - Tengo una denuncia y pienso usarla, no me toquen las narices que estoy mu loco.
- Si no dudamos de su versión - excusatio non petita acusatio manifesta - pero lo que dice el perito - que es un semidios que ha venido a mirar mi coche - es que hay otros golpes que  no son del acto.
- Ya, pero es que no es verdad
- No está de acuerdo usted con hacer cuatro partes? - Si que lo estoy pero me gusta tanto oir tu voz que no se como hacerte hablar. 
- Pues no estoy de acuerdo.
- Le habrimos una queja y el departamento de calidad se pondrá en contacto con usted

Me daban ganas de preguntar por Carolina, ¿Estaría bien? ¿Sería feliz?

Un día mas tarde recibo un mensaje de Carolina por correo, seco y duro, demasiado escueto para ella (yo es que tengo una imaginación muy viva) "Hemos recibido su queja y le contestaremos cuanto antes". Se que no es ella, se están haciendo pasar por ella. Seguro que ella quería repararme el coche en un solo parte y ahora la tienen retenida.

Vuelvo a llamar al día siguiente. "Su caso lo tiene el departamento de calidad", "Dejeme que tome nota en mi ordenador imaginario de que tiene usted prisa", "Pasamos nota de que es urgente". Todas respuestas a mis llamadas al telefono 902. En breve tendría que comenzar a calcular el coste de las llamadas y ver en que punto me salía más a cuenta comprarme un BMW y dejar de llamar.

Sin esperanzas de hablar con Carolina y ya temiéndome lo peor volví a llamar:
- Mira quiero que me reparéis el coche en un solo parte, sino lo que voy a hacer es emprender acciones legales, os denunciare a consumo, a los mossos de escuadra por incumplimiento de contrato, a la Guardia Civil por secuestro de Carolina, al vaticano porque me estáis haciendo que con los ataques de ira como pecado capital la tenga hiperdesarrollada.

Como en toda relación complicada, llegamos al punto de hacerme el duro. Dos días sin llamarlos me pase. Eso sí miraba el móvil como si me tuviera que llamar la novia. Y me llamaron. No era Carolina. El departamento de calidad diciéndome que como era tan buen cliente y que ellos no eran capaces de ver lo que el perito veía (estaba por decirle que no se preocupara que nadie ve lo que un perito ve) así que habían decidido arreglarlo todo en un solo parte. También me dijeron que solo había que esperar que el perito, allí donde vivan los peritos, escribiera con su pluma de ganso una estimación de coste y entonces darían la orden al taller. 

Un desgraciado con la inteligencia de un gusano borracho me ralla el coche, los del seguro me marean durante dos semanas y al final tengo que pagar 150 euros para que me pinten el coche, tengo una plaza de parking ahora que cualquier me encontraré criaturas abisales guardándome el coche pero esto contento. Lo mio es de sicologo.

PS. Carolina, si estas leyendo esto dime algo.


05 junio 2013

Entrevistas...

Me encantan las entrevistas de trabajo (hace ya unos años ya escribí sobre ellas, puedes leerlo aqui) solo podrían ser mejores si las hicieran dentistas, señores de recursos humanos, como idea de trabajo para el futuro, podrían ustedes comprar potros de tortura de esos que utilizan los dentistas y hacer la entrevista poniéndole al entrevistado los tubitos aspiradores en la boca y de fondo el ruido de la broca esa infernal que usan para darle forma a nuestros dientes.

Hace un tiempo me cambié de empresa, aprovechando la excelente situación laboral que hay en España decidí dejar un trabajo fijo en una empresa para probar suerte. Me hicieron varias entrevistas, bastantes entrevistas (creo que si me hubiera presentado al TU SI QUE VALES hubiera pasado un proceso de selección menos exigente) La cosa es que todo fructifico y fruto de nuestro amor nació un nuevo contrato con una compañía internacional con un montón de gente que habla en lenguas.

La gente que me conoce sabe que soy una persona que huye de la confrontación, he hecho hasta cursos para ser mas asertivo, insertivo e incluso divertido pero todo ha sido en valde. Pero cuando te quieres ir de una empresa no sirven de nada las indirectas. Lo bueno es que la charla de despedida fue realmente bien y así que al poco tiempo pude incorporarme en mi nueva empresa.

Quizá pasado algún tiempo hable un poco de la empresa actual, pero ahora quiero viajar en el tiempo hasta llegar a un día en que me dijeron que querían hacerme otra entrevista.

Todas las entrevistas que me habían hecho hasta la fecha habían sido pre contratación  post contratación iba a ser la primera. La idea que tenían es que querían cambiarme de departamento y los nuevos jefes querían asegurarse de mi nivel. Así que se concretó una entrevista técnica telefónica con tres amables compañeros de EEUU.

Yo, que soy de natural optimista, ya pensaba que me tocaba recoger las cosas, despedirme de nuevos compañeros, empezar a buscar trabajo ahora ya desde el paro y al no encontrar tener que emigrar a otro país,  ya en el nuevo país tendría que ponerme a trabajar de camarero en bares de mala muerte al no dominar el idioma y en unos de esos días en que me quedara para cerrar el bar, unos vándalos chechenos entrarían y me apuñalarían sobre la barra del bar para llevarse la poca recaudación del día. Con este estado mental encare la entrevista.

Desde que me dijeron que tenía esta entrevista empecé a repasar todo lo que sabía, primero relacionado con mi trabajo, después con el ingles, después repase un poco más sobre la informática en general para acabar estudiando un poco de repostería porque a un hombre se le llega por el estomago. Estudié como si me fuera a presentar a la selectividad.

La tarde de la entrevista me encerré en un despacho con mi portátil  espere la llamada y por fin llego. La calidad del sonido de la entrevista era tan buena como la ecografía a una ballena embarazada. Gracias a mi estado nervioso cuando intentaba responder a una pregunta de la que no estaba seguro comenzaba a enrollaba a hablar como si quisiera dormirla salmodiando mi vida. Además, no entiendo por que todavía, cuando hablo mucho rato ingles empiezo a meter palabras en catalán, normalmente me doy cuenta de que he metido alguna palabra pero en la entrevista con los nervios es posible que acabara hablándole directamente en la lengua de Ramón Llull.

Acabo la entrevista y salí destrozado. Mi jefe preocupado me preguntó como me había ido e intente ser generoso en la respuesta y le dije "Bueno, yo siempre creo que no me va bien, pero luego...". Pero luego envejezco diez años.

La cosa es que no tuve que sufrir mucho y me confirmaron que la entrevista había ido bien, que mi catalán era bastante bueno y que habían médicos muy buenos que podían tratarme.