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27 diciembre 2006

15 de Agosto - Llegada a Tolousse

Del viaje de salida de Barcelona nada especial que reseñar, algo bueno tiene que tener irse de vacaciones cuando todos los demás están volviendo. Pero toda la tranquilidad se acaba cuando pisamos suelo francés.
A eso de las 13.30h llegamos a un pueblo cuyo nombre no quiero acordarme, lo cierto es que lo intento con todas mis fuerzas y no lo consigo. Estabamos buscando un sitio para comer, sobre las 14,05 encontramos un restaurante donde de forma muy detallada explicaban en que consistía el menu, había: un primer plato, un segundo plato y un postre. En la puerta hay una pareja que habla raro (al estilo del pais) y la acomodan en una de las 1200 mesas libres y justo despues cuando la camarera me mira, voy le suelto un correctísimo "hola". Muy amablemente me hace saber en un perfecto frances que la cocina acaba de cerrar. Así somos los españoles, nuestra fama de glotones nos precede.
Camino al coche aprovecho para recordar mis clases de arameo y la maldigo a ella y varios ancestros del cocinero.
Decidimos castigarnos por nuestra procedencia, y hoy por ser españoles nos vamos a quedar sin comer asi que del tirón nos vamos al hotel, al que llegamos a eso de las 14,35.
No hay nadie en recepción pero ahora voy armado, tengo dos guias de conversación y un diccionario, al fondo se distingue un cuartito y en la puerta se distinguen dos españoles hambrientos. Sale la recepcionista:
- ¿Parle vu espagnol?
- No, françeouis
- English
- No, françeouis
- Arameo......
La chica entonces se dio cuenta de que mi intención era dejarla en evidencia preguntandole si conocía idiomas extraños asi que a la minimo me solto un mini discurso al estilo Ozores en francés tras el cual se quedo callada mirando como si lo ultimo que hubiera dicho hubiera sido una pregunta.
Mi respuesta fue:
- Reservation.
Volvio a la carga, otro mini discurso (se ve que no habia dicho la palabra clave) y ahora, ya con lagrimas en los ojos, le extiendo un papelote donde ponía mi nombre y que tenia habitación en ese hotel.
Revisa el ordenador, y tras un rato (y tras mirar yo en la pantalla) veo que solo salen dos noches cuando nosotros reservamos tres. La mujer vuelve ha soltar toda una perorata en francés y nosotros como toda respuesta decimos tres en todos los idiomas que conocemos hasta que casi gritando digo "THREEE, THREEEEE" y levanto tres dedos por no levantar uno solo. Tras otra breve explicación de la mujer, a la que ya no hago ni el más minimo intento de entender, nos da la llave. Al final, estoy convencido de que la mujer se piensa de que hablamos perfectamente francés pero que no nos da la gana.
Si juntas mala leche con hambre da una sensación preciosa, así que o comiamos algo o tomabamos la Bastilla. Buscando algo para comer acabamos en una boulangerie comprando bocadillos enanos. La dependienta de la panadería nos ha hecho creer otra vez en la bondad del ser humano, hablaba un poco de español y nosotros un poco de francés asi que si juntamos las dos cosas ha sido toda una suerte que no salieramos de la tienda con dos polos.
A la panadera le decimos que queremos unos bocadillos calientes y ella toda voluntariosa se los lleva y pone el bacon a punto de ebullición. Supongo que para sacar los bocadillos del horno habrá usado tenazas porque si lo hace con las manos aunque sea con guantes ahora tendría dos muñones en vez de manos.
Después nos vamos a callejear un poco por Toulousse, buena ciudad. Las calles limpias, los mendigos organizados (uno en cada calle, sin aglomeraciones). Todas las tiendas cerradas, es festivo, menos la droguería, no la que venden lejía y cosmeticos sino la que venden chocolate y maría. Hemos visto a jovenes, abuelos, mujeres y niños todos liandose porros alegremente, Toulousse es una ciudad feliz se nota por la sonrisa de sus habitantes.
Para cenar hemos decidido darle una oportunidad al arte culinario francés (que tiene mucha fama) asi que nos metimos en un restaurante hindu, donde todos los camaremos hablaban un ingles parecido al mio (usease pesimo) pero hemos comido justo lo que queríamos y ya es casualidad cuando no teníamos ni idea de lo que estabamos pidiendo.
Vuelta al coche, relevo de turnos en los mendigos y a la cama.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Me ha hecho mucha gracia lo que cuentas ya que a mi me ocurrio algo parecido cuando fui a la france por eso he decidido no ir nunca mas,aunque contigo si iria,pareces un tio divertido,podriamos quedar.