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19 enero 2006

Viajar en Bus

Parada de Autobus en Barcelona Hasta ahora solo me había centrado sobretodo en los viajes en el Metro de Barcelona, pero es que viajar en Bus no tiene desperdicio tampoco y como autobús hay prácticamente en todos sitios (llámalo GuaGua, llámalo transporte de gallinas) podremos compartir mejor opiniones (mentira porque nadie escribe opiniones ¬¬U)

Lo primero que llama la atención de viajar en Bus es lo caro que se ha puesto, en Barcelona creo que ahora mismo el billete te sale por 1’20, con esto tienes derecho a:

  • Ir de pie cogido a una barra

  • Que te lleven a tu destino dando la mayor vuelta posible

  • A un amigo por trayecto


  • Comodidad
    El ingeniero o cuñado de alguien que diseño los autobuses era alguien que no tenía pensado subirse en uno jamás. Lo primero son los asientos, estan tan juntos que como tengas las piernas un poco largas te rompes los meniscos contra el asiento de delante, imaginad lo que sufro yo que ¾ partes de mi cuerpo son piernas. Por suerte, no siempre te puedes sentar, asi que te toca ir cogido a las barras que hay. En cada curva parece que vayas ha hacer un numero de strip tease, dando vueltas alrededor de la barra, bajando subiendo, Cuando no te intentas coger a esa especie da asas de cuero que colgaban de la barra que va paralela al techo, que tiene el juego justo e imprescindible para que vayas cimbreando todo el camino.
    Después estan las puertas hasta hace poco, las puertas se abrían hacia dentro, ¿qué mente enferma pudo pensar eso? La de golpes que me he llevado yo, con la porqueria de puertas mientras la gente empujaba por atrás.

    Compañeros de viaje.
    Igual que cuando viajas en Metro, cuando en el mismo metro cuadrado conviven tres personas durante 45 minutos algun tipo de relacion se tiene que formar, aunque solo sea por estar compartiendo el mismo aire y algunos fluidos (por desgracia) durante tanto tiempo. Normalmente, cuando el autobús está hasta los topes, a la gente le da por estudiar el ensamblado de placas en el techo, leer los carteles de las multas que te pondran si fumas o vas sin billete. Pero hay gente que no, sobretodo jubilados que no se que extraño placer encuentran a viajar en las horas punta. Estas personas empiezan: “Pues si que va esto lleno hoy”, “Yo es que voy ha hacer recetas y si voy tarde me tiro toda la mañana”. Lo que sucede entonces es que de la otra punta del autobús responde una voz anonima con algo así “Pues ayer si que iba mal esto, se ve que hubo un accidente…”, “Mi hijo ya me lo dijo, no cojas el autobús hoy que han dicho que lloverá…” dice una tercera voz, “Si es que la gente van como locos…” a estas alturas podría ser una cuarta voz, “Lo que pasa es que la gente se queda delante y detrás hay sitio…” Este es el organizador de sitio del autobús, debe estar contratado por ayuntamiento porque sino no me explico como en cada viaje hay uno, y es decir esta frase y comenzar a empujar hasta conseguir llenar el pasillo entre asientos del fondo.

    Los conductores
    ¿Qué desayuna un conductor de autobús? ¿Guindillas, ajos? Sino no se entiende el humor que gastan algunos. Si han cerrado las puertas, aunque esten en la parada, ya te puedes quemar a lo bonzo que no te abren las puertas, pero lo peor no es quedarte fuera sino la cara con que te lo dicen, es cara de: “Lo siento chaval has fracasado en la vida” aunque algunos simplemente te ignoran, podrías golpear la puerta con un ariete y no te mirarían. Eso si como se encuentren a un compañero en cualquier parte, paran, lo recogen y se echan unas risas. Ha habido veces que a mi se niegan a abrirme la puerta y viene una chica y se la abren, cuando casi al 110% la chica no va a ser mucho más efusiva que yo en su agradecimiento.
    Pero una cosa es clara, no tenemos los conductores que nos merecemos, el conductor que nos toque sera inversamente proporcional a nuestra necesidad, que vamos tarde pues nos tocará uno que parece que lleve un trenecito de esos que recorren los pueblos de la costa, que vas cargado y no tienes manos te tocará el campeón del Dakar de camiones y ya puedes calzar un 47 que te vas al suelo.

    Anecdotas
    Bueno y aquí os pongo un par de anecdotas que me pasaron hace un tiempo.

    La abuela y la puerta
    Erase una vez un autobús lleno de gente, cosa rara en Barcelona, y una abuelilla que quería bajarse del autobús pero el conductor que toco en suerte ese dia era de los del Dakar, asi que decidió que habia dado tiempo suficiente y cerro las puertas conviertiendo a la abuelilla en el embutido de un bocadillo donde las puertas hacian de pan. Además la abuelita se quedó a medio dar el paso con lo que los pies casi no le tocaban el suelo. El clamor popular le decía que abriera las puertas, a lo que contestó “Pues ahora no puedo abrirlas”. Pues nada – pense – dejamos a la abuelita enganchada en la puerta hasta cochera, a fin de cuentas de aquí a un rato ya no le dolera. Cuando la gente estaba al borde del motín se me ocurrió darle al botoncito ese que hay para que las puertas se aflojen y la abuelita se soltó, no acabó el paso como ella penso cuando comenzó a darlo, es más ni siquiera acabó en posición vertical pero bueno espero que por lo menos tuviera a alguien que le asesorara y pusiera una bonita denuncia al autobusero.

    Mi amiga desconocida
    Otro día iba yo con mis auriculares y leyendo un libro cuando se me sienta al lado una chica de unos 30 años, segui leyendo sin darle mucha importancia cuando noto que está girada hacia a mí de forma muy descarada, me quito los auriculares y la conversación fue de esta guisa:
    Mujer- Hola
    YO – Hola?
    M - ¿Cómo estás? ¿No te acuerdas de mí?
    Y – Pues estoy bien, y la verdad no me acuerdo pero sería normal tengo la memoria de un pez.
    M- Si, nos conocimos el otro dia
    Y- …
    M- En el bar
    Y- …
    M- Si me invitaste a una copa y todo
    Y- Lo siento pero creo que te confundes, hace bastante tiempo que no invito a nadie a copas
    M – Si, después nos fuimos de fiesta por ahí.
    Y – Pues mira hace casi el mismo tiempo que no me voy de fiesta
    M – ASI QUE TE ENROLLAS CONMIGO, NO ME LLAMAS Y AHORA NO TE ACUERDAS DE MI
    Bien por mi, ahora ya me mira todo el autobús.
    Y – Lo siento te CONFUNDES.
    M – Bueno no te preocupes que no te guardo rencor, ¿Te paso a buscar hoy por el trabajo?
    Y – Trabajo hasta muy tarde y además insisto en que te confundes - Entonces reparé en la chica, iba vestida con una especie de leotardos, encima una bata y encima un delantal, tenía la boca con los dientes bailando una conga y el pelo como si se hubiera hecho un tratamiento a base de grasa de caballo para botas.
    Me baje del autobús en ese momento, pese a todo notaba las miradas en mi cogote. Tiempo más tarde me la volvi a encontrar haciendo el mismo numerito con otro chico que se parecía a mi lo que una sepia a un caballo, de gente rara esta el mundo lleno.

    1 comentario:

    Anónimo dijo...

    no se como seras pero te imagino una persona divertida que suerte poder vivir contigo quieres casarte conmigo "soy la de los piños que bailan congas"si me dices que no te buscare por todos los buses y te dejare en evidencia.