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20 junio 2007

En Punta Cana

Será por el calor, será porque trabajo en un sitio donde el que controla el aire acondicionado es un psicópata, pero el caso es que no paro de pensar en las vacaciones, para ser más preciso recuerdo mis mejores vacaciones, el viaje de novios, nuestro viaje a Punta Cana, paraíso de tumbonas y del comer hasta morir, era un concepto parecido al Valhala vikingo pero en vez de luchar hasta morir cada día y renacer al amanecer, aquí se trataba de comer si tu madre estuviera detrás diciéndote eso de: “No te levantas de la mesa hasta que no te lo acabes todo”.

De las muchas anécdotas que con tiempo ya iré contando algún día si vivo suficiente recuerdo especialmente una excursión “La visita a la romana”. Los turistas somos como grandes borregos pero ya sin lana, viene el guía con sus cuatro palabras melosas y nos dice donde mirar y por donde andar y ale todos a seguirle.

La excursión ya empezó rara, muy temprano por la mañana tuvimos que levantarnos, tan temprano que todavía no estaba abierta la cocina del hotel al juntarnos con el resto de españolitos vemos que todos llevan una bolsita de picnic, todos menos nosotros.

- Ah, ¿no pedisteis ayer por la noche que os prepararan el desayuno para hoy?
- Pues… ejem… es que no sabí… no quería… NO
- Pues dicen que no nos darán de comer hasta el mediodía.

Bueno cuando has estado comiendo como si acabaras de salir del programa de ese de supervivientes durante unos días tienes reservas suficientes para aguantar unas horas más.


Nuestro guía era un hombre de cara redonda como luna, muy gracioso (como casi todos los dominicanos). Nos montamos en una barca que en la parte trasera tenía como un gran ventilador que entraba en agua, entonces el guía nos dice:

- Oye España (en la republica Dominicana nadie te llama por tu nombre, eres: España) Este rio es el Chavón, en este río se rodaron películas como Apocalypse now, Parque Jurasico y alguna de Rambo. Durante toda la excursión no perdáis las gorras porque hoy va ha hacer calor. Este tipo de lancha se llama lancha rápida, agarraos bien porque ahora la pondremos a toda maq…

Y sin terminar de hablar, arrancan la bañera esa con ventilador, se empina la barca, nos vamos todos hacia el ventilador y se nos vuelan las gorras. Yo creo que nos salían las típicas arrugas de la velocidad en la cara. Llegados a un punto pararon la barcaza esa y llegamos a Altos de Chavón, que como su propio nombre indica estaba en una especie de acantilado sobre el río y de ahí a la Romana (un pueblecito muy majete), a todo esto íbamos
acumulando calor en la testa a unos niveles de esos que hacen estallar las chicharras.

Corre que te corre nos llevaron a piscina natural de agua salada, sobre las 12, donde nos dieron de comer: un canapé y todo el ron que quisieras beber. Cuando llevas todo la mañana al borde de la insolación, sin comer y deshidratado lo mejor que te pueden ofrecer es: RON. Pero como la sed manda más que la cabeza bebimos un par de vasos que no quitan la sed pero
marean que da gusto, intentando mantener la verticalidad lo mejor posible fuimos a la playa donde nos dieron de comer macarrones y un muslo de pollo, después de comer nos tiramos bajo una palmera a ver si el dolor de cabeza remitía un poco, pero no dio tiempo, otra vez corre que te corre nos llevaron a un barco, de esos de vapor, donde pudimos bailar “súper animados” el Follow the leader follow the leader.

En nuestro grupo de españoles macarras había también un matrimonio alemán, a la mujer los dominicanos la llamaban Mama Kong por su envergadura. Esta buena mujer se convirtió en el centro de atención cuando tuvimos que abandonar el barco para volver a las “lanchas rápidas”. Para salir del barco dispusieron una escalera de cuerdas que bajaba por un lateral del barco hasta la lancha, cuando se disponía a bajar Mama Kong todos nos asomamos esperando a que hiciera algo espectacular pero no paso nada, pasito a pasito la buena mujer movió sus carnes escalera abajo y se sentó en un tablón que hacia de asiento en la barcaza, después de su marido llegó mi turno. Todavía es hoy el día en que me preguntó ¿qué me paso por la cabeza? En vez de bajar de espaldas cogiendo las cuerdas con las manos y cuidadosamente, baje en plan vedette, mirada al frente, un paso adelante y… caida al vacío. Lo mismo es que
esperaba que hubieran puesto escaleras automáticas de bajada. El caso es que caí entre los dos tablones que servían de asientos encajado entre mochilas y maderas con lo que no pude sentarme bien en todo el camino de vuelta. La cara de Mama Kong no tenía desperdicio, supongo que pensaría algo así como “Españolos toreros locos”.


Mi mujer que tenía un dolor de cabeza considerable no podía ni reírse así que simplemente se sentó lo más cerca de mí que le permitía el que yo estuviera esparcido por el suelo de la barcaza. Al llegar a la orilla ella empezó a salir y yo empecé ha hacer aspavientos para levantarme. La medio adelanto y cuando estoy a punto de saltar a la arena de otra playa oigo tras de mí:

- Creo que tengo una insolación, me duele muchísimo la cabeza.

Y yo que soy un tío gentil me giró para ofrecerle mi brazo para ayudarla a bajar con la mala pata de que estaba más cerca de lo que me pensaba y di un codazo justo en mitad la cabeza… En esos momentos no hay que preguntar ¿Te he hecho daño? ¿Te duele? La respuesta es SIIIIII.

Conseguimos llegar al hotel, nos echamos en la cama a descansar y solo dormimos 14 horas seguidas.



1 comentario:

Anónimo dijo...

Llámame pirada, pero por un momento te he imaginado con un vestido con una raja al lado hasta el muslo, de lamé, y los mofletes llenos de purpurina, bajando por las escaleras en plan glamuroso...qué pechá de reír me he dado, españolos toreros locos, juasjuas XD