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15 noviembre 2012

La reconstrucción de una muela

Normalmente una muela no se parte. Si la muela ya está empastada es más fácil que se parte por el rencor que te guarda por el mal rato que pasó cuando la empastaron. Pero si una muela decide partirse lo hará un viernes por la noche para que puedas disfrutar de todo un fin de semana de sensibilidad como si tus encías estuvieran viendo un maratón de peliculas de Disney.

Una muela ha de ser fuerte, una muela ha de romperse sólo si abres cámaras acorazadas con tus mandibulas... la mía se rompió comiendo fuet.

Pase un fin de semana como pocos y cuando llegó el lunes fui a un dentista de mi barrio. Los dentistas van como con prisa, te hacen sentarte en el potro ese que utilizan para sus torturas y mientras tu comienzas tu monologo de como se partió la muela (obviando lo del fuet) ellos se ponen los guantes esos de latex. Yo soy mucho de contar historias y si encima tengo un público entregado me crezco, pues antes de que llegara a la mejor parte ya tenía parte de la mano del dentista en la boca, el tubo aspirador sostenido por una bella señorita, un gancho, un espejo y un pequeño palito separamofletes. El recuento de cosas dentro de mi boca y las manos disponibles no cuadraba, pero son dentistas, gente especial. Resultado de la exploración: hay que matar el nervio, empastar y poner una funda con un coste aproximado de lo que me costaria hacerme una piramide como panteon familiar.

Me recomiendan otro dentista, trabaja muy fino, es muy barato. Alla que voy. Este buen hombre tenía la consulta en una de esas calles que se repiten en varias ciudades y el primer día yo me fui a la ciudad equivocada. En realidad no era un fallo, era una señal para que no fuera. En la segunda visita ya acerté con la ciudad. Me abren la puerta y nadie en la consulta y "nadie" en el sentido más literal. Al poco aparece una mujer de unos cincuenta años."Fulano (se han cambiado algunos nombres) te atenderá ahora mismo" Iba a sentarme en la silla cuando un hombre de unos sesenta años aparece y me hace pasar. 

Me señala el potro y sin hablarme me mete tubitos, ganchos y tubos aspiradores. 

Le llaman por telefono.

El tubo aspirador esta pensado para aspirar baba, saliva. El cuerpo no esta preparado para fabricar baba a la velocidad que eso chupa. Cuando se acaba la saliva empieza empieza a chuparte la humedad de la boca. Pero hasta eso también se acaba con la duración de llamada suficiente. El tubito empieza a chupar la humedad corporal, notas como los ojos se resecan y la piel se acartona. Es cuando sabes que vas a morir en un potro de dentista. Pero como si fuera una mala pelicula de domingo de Antena 3 aparece justo en el último momento.

- ¿Que te ha pasado?

Yo no puedo hablar, tengo la boca como si hubiera estado lamiendo bacalaos en salazón. Le doy al botón del agua y tras beber unos cinco litros le explico que la muela se partió, que duele y que quiero que la tape.

El hombre repasa un poco la muela con un torno chiquitin y mete una especie de estaca chiquitita como para matar un mini vampiro que se hubiera escondido allí. Al sacarla la huele. LA HUELE. De todas las pruebas que me podría imaginar que me olieran una muela no entraba en ellas. 

"Se te ha podrido el nervio" Me dice. Esta debe ser la explicación cientifica. "No hace falta matar el nervio porque está podrido" ¿De verdad hacía falta repetirlo? Se que no es culpa mía pero me sentía un poco culpable. "Te voy a poner un perno y empastar, pero antes hay que limpiar la porquería" Culpable del todo, estaba a punto de pedirle perdón y hacerle un bonito entierro a mi nervio. "Te voy a colocar antibiotico y cerrare hasta la semana que viene". Me colocó una estaca roja y tapó con un empaste pequeñin.

ALERTA quizá lo que venga a partir de aquí no sea del agrado de todo el mundo, pero si estás aquí ya dice mucho de tu persona, así que sigue leyendo que nos conocemos.

La muela no estaba en sus mejores momento, la infección tenía que salir, en su camino de salida había un tapón de empaste, pero la infección tiene que salir y si no puede salir por arriba saldrá hacia abajo. Al día siguiente tenía un pequeño flemón que dolía como si me estuvieran arrancando la mandibula. Primero fui a la farmacia a buscar Ibuprofenos, al rato Noloties para acabar suplicando que me sedaran o que me mataran ya. Me informe en que paises estaba permitida la eutanasia activa.Me dieron un esprai maravilloso, te duerme lo que toca. La primera vez como tengo una puntería digna de un arquero ciego con parkinson me dispare en la lengua, pero después ya acerté y conseguí dormirme media boca.

Quince veces, quince tuve que ir al dentista para que me limpiara la infección que me había llegado al hueso. Nunca me encontré a nadie en la sala de espera. Todas la veces me fueron dejando el tubo aspirador a la boca mientras atendían a los otros clientes imaginarios, con la confianza ya me quitaba yo el tubo, me llenaba el vaso de agua, hacía girar los tornos. Vamos que estuve a punto de emular al gran Mr. Bean.


La muela está bien ahora, tiene un tornillo dentro y si una enseñanza he sacado de todo esto es que hay que comer fuet con cuidado.