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20 abril 2007

Peritas greatest moments. Part I

Siguiendo con Fruterias Pepe voy a pasar ha hablar algunos de los mejores momentos en la vida del recolector de peras blanquilla.
Comunicación de la necesidad de un esfuerzo especial
Cuando uno esta metido en la labor de empaquetar peras blanquilla con una mano mientras confitas con la otra tienes la sensación de que cumplir con los plazos es como comerse un arroz tres delicias sin coger ningún guisante (es imposible) por mucho que te esfuerces siempre te comes alguno.
En un primer momento el experto en peras blanquilla intenta disimular, pero cuando se enteran en Fruterias Pepe se produce el momento ese del que hable en la entrada anterior, cuando te dicen lo bueno que eres y que por fin le dejaran cumplir su sueño de saber como es una frutería cuando ya no queda nadie.
En este momento el primer sentimiento es el de huida hacia adelante, adelante pero como a millas de allí, dejarles con sus peras blanquilla, sus confituras y dedicarse a la cria del berberecho salvaje. Pero entonces una voz interior le dice que tiene una responsabilidad y que tiene que cumplirla (si alguno oye esta voz algun dia ¡QUE NO LA ESCUCHE!!!! esa misma voz es la que llegado el punto te dirá ¡MATALOS A TODOS! y entonces ¿qué? ¿Tambien la escucharas?) y se comienzan ha hacer horas.

Los primeros fallos
Cuando trabaja con alegría durante 16 horas al día, por mucho que le guste el contar peras blanquilla, se cometen pequeños fallos. La mayoría de estos se producen a partir de las 22h, hay gente atrevida que los achaca a que la cabeza no está fresca, vamos que si estar fresco fuera un sitio físico en ese momento uno se encontraría en las antípodas. Normalmente esos fallos producen un aumento en la produccion de testosterona (he estado en proyectos que hasta las chicas produjeron testosterona, cuando acabo el proyecto habian cambiado hasta la voz), a falta de neuronas activas el cuerpo tiene que hacer algo, así que la frase por excelencia es: "Esto lo soluciono como me llamo Marciano" o frases parecidas haciendo alusión a partes del cuerpo. Estos problemas que estando bien se solucionarían entre risas y en 10 minutos, en este momento se solucionan en tres horas y entre maldiciones hindus y lo más importante con un parche grande como para tapar las fosas marianas.

Fallos que no se pueden arreglar
Imaginemos esta conversación entre un contador de peras blanquilla y el jefe de proyecto:
- Mira ayer, A LAS TRES DE LA MAÑANA, como estaba muy CANSADO, no cai en que se había caido una vela y parte de la cera cayó sobre una pera. Sobre esa pera se amontonaron 239 peras mas y no he podido encontrarla.
- Pues vaya... esperemos que fruterias Pepe no se de cuenta.
Pero el gerente de Fruterias Pepe huele la cera como si fuera un sabueso y de entre las 254 cajas de peras con 1240 peras cada una coge la pera con la cera en la punta y que dice el gerente...
- Esto no es un fallo, es que estamos probando un nuevo sistema para sellar los rabos de las peras blanquilla que harán que aumente su sabor y durabilidad, todo ha salido perfecto.
Cuando vuelve ha hablar con los expertos en peras blanquilla les dice:
- A partir de ahora quiero un pegote de cera en cada rabillo de cada pera es vuestra nueva prioridad

La vuelta a lo primitivo
Llegadas a ciertas horas el cuerpo ya no dá mas de sí, cuando se inventó esto de dormir se hizo por algo y si uno obliga a su cuerpo a estar encendido más horas de las que al propio cuerpo le apetecería el cerebro comienza a apagar cosas. Por ejemplo te quita el hambre, en vez de eso te deja una angustia en la barriga semejante a la que te debe quedar como si te chutaran el estomago, pero no se puede llamar hambre. Desconecta tambien las piernas, uno ya no anda, repta por los pasillos. Cierra también el calentador del cuerpo, ya puede ser fuera una de esas noches en que las sabanas abrigan como si fueran nordicos pero tú estas como si en cualquier momento tuvieran que aparecer pingüinillos correteando por los pasillos. Tambien desconecta el habla, bueno no toda deja los verbos y los insultos. Asi que las conversaciones se limitan a "Comer?", "Compilar?", "No Dormir!!!". En casos extremas va apagandose a si mismo, por lo menos los trozos que se fueron desarrollando a medida que fuimos creciendo y nos deja como si fueramos niños de 5 años. "Falta mucho?", "Tengo hambre!!!", "Quiero irme a casa?"...


y mas momento que escribiré mañana o no?

1 comentario:

iratxina dijo...

Ole tu sentido del humor! no me puedo llegar a imaginar lo puteadillo que debes estar , pero admiro la forma en la que le sacas la parte comica,siempre he pensado que es una buena forma de llevar las cosas. animo!

PD : quiero una pera! :-P