Hay gente que está muy perjudicada, no voy a descubrirlo ahora. El problema viene cuando dos con la inteligencia justa para manejar los pulmones se juntan, civilizaciones enteras pueden desaparecer.
Ayer en el metro dos tuve la suerte de ver una conjunción de personas de inteligencia distraida que fue como ver el Haley, se que en mucho tiempo no la volvere a ver.
Estaba sentado en el metro leyendo mi libro, escuchando a Queen, cuando empiezo a escuchar "musica". Me fastidia sobremanera la gente con el movil por la calle escuchando música para todos, sobre todo si escucho su música por encima de la que estoy escuchando con mis auriculares. Interiormente empecé a maldecir al del movil y al fabricante del movil que le pone unos altavoces que ni en Scorpia, pero que equivocado estaba.
Al poco pasa por mi lado una chica de nacionalidad indefinida. Enfundada en un top rosa, que era fisicamente imposible que cediera un milimetro más, y unos tejanos. Tras ella iba un ser. Lo primero que llama la atención era la altura, a pesar de que era lo único sobre lo que no se le podía culpar directamente. Un chaval del tamaño de un hobbit pequeño avanzaba tras ella. El pelo engominado, gafas de sol de tipo mascara o tipo Isabel Pantoja y una camiseta de lycra que convertía al top de su compañera en una prenda holgada. En la camiseta se podía alguna palabra escrita con lentejuelas, pero al faltar bastantes era como si la hubieran escrito con prisas. El playmobil discotequero iba empujando un altavoz como de estadio de futbol. Se ponen delante mio. Iban a tocar algun instrumento, e iba a ser un instrumento muy pequeño.
- HOLA A TODOS - Espeta el pitufo maquinero y le da al play de algo encima del altavoz, empieza a sonar un sample de reggeton o se le había roto el cacharro, cualquiera de las dos opciones era aceptable. - DALEDALEDALESISISISISIDALEDALEPORQUETUSABESQUEMEGUSTA - El extra de las supernenas estaba cantando.
Mientras la mujer en un top rojo encajada se puso a bailar "pole dancing" o lo que es lo mismo tipo de baile que se hace cogida a una barra en bares donde hombres en estados etilicos lamentables reinventan el concepto de hucha e intentan poner dinero en diferentes partes de la poca ropa que lleva la bailarina. Pero había varios problemas que tenía la bailarina del metro:
1. Bailaba como si los movimientos se los hubiera enseñado o un ciego de nacimiento o alguien que la odiara.
2. A pesar de que el top no limitaba sus movimientos, un tejano no estaría hecho del tejido más elastico y flexible.
3. La barra no llegaba al suelo, sino que llegaba a un asiento
4. El vagón iba lleno y al comenzar apenas tenía sitio. Con lo que los movimientos se limitaban a los que haría una cobra ensayando para golpearse la cabeza con una barra de metal. Al poco de comenzar la gente ya le hizo sitio, más que nada para que las camaras de sus moviles pudieran enfocar bien.
El espectaculo duró una parada, pero no me equivoco si aseguro, que siempre estarán en nuestros corazones.
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