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09 abril 2008

El niño del pijama grande

¿Qué tienen los pijamas?
Desde el origen de las grandes civilizaciones los pijamas han sido prendas sometidas a todo tipo de estudios, incluso contrastados autores han escrito libros al respecto, como “El niño del pijama a rayas”. Pese a ser una prenda tan estudiada no voy a privarme de hacer mis apreciaciones.
Los pijamas están fabricados a desgana. No querría yo echarme encima al colectivo costurero español, en el caso de que todavía hubiera alguien que siguiera cosiendo en España. Pero no hay respuesta posible a la afirmación de que se cosen con desgana.
Lo primero que llama la atención es la tela con que se fabrican. Es la única tela del mundo a la que salen “bolitas” sólo mirándola. Vas a la tienda (la pijameria), pides que te saquen el pijama más caro que tengan, lo ponen encima del mostrador y si miras fijamente podrías ver como la tela se va microencogiendo y van saliendo las siempre agradables “bolitas”.
Hay pijamas que se sujetan a la cintura por una goma. Goma que es colocada por el estrangulador de Boston. Te puedes comprar una talla 60 que la goma te apretará hasta en la muñeca. Esto provoca que al levantarte, te quitas el pantalón y parece que te han arado las caderas. Lo bueno es que esto solo pasa los dos primeros días, porque en el día tres de la goma esta se expande de una forma que ríete de la teoría del bigban. En el momento que lo goma tiene suficiente diámetro como para esconder holgadamente un hulahop en los pantalones cada vez que te pongas los pantalones ya estás uniformado para ir cantando “PA MI MULATA PA MI MORENAAA”.
La goma no es lo único que aumenta. En general toda pieza del pijama tiende a crecer. Podrías comprarte un pijama de neopreno que al mes te iría grande. Si los cuidáramos bien podríamos usar los mismos pijamas que nos regalaron cuando nacimos de lo que llegan a darse de sí. El jersey del pijama, que nunca es llamado así, el nombre oficial es “la parte de arriba”, crece hasta permitir que varias personas podrían dormir sin tocarse compartiendo “la parte de arriba”. Con el pantalón ocurre lo mismo, las perneras se ensanchan hasta permitir que, en caso de frío extremo, pudieras dormir con los pantalones de esquí debajo.
Dormir con prendas amplias no supone ningún problema si duermes como Drácula, o sea inmóvil. Pero si llevas puesto un pijama un pelín viejo y te mueves ya te has condenado. Porque tu has conseguido girarte pero tu pijama no. “La parte de arriba” esta toda girada como si fuera un trapo a medio estrujar y ya puede ser amplia como la lona de un circo que al girarse las costuras te cortarán los brazos a la altura de los sobacos. Por no hablar de los pantalones, que no voy a comentar por donde se te meten las costuras ni donde provocan rozaduras.
Para ir bien se tendríamos que cambiar de pijama cada día par del mes.

2 comentarios:

Oskar dijo...

Una camiseta vieja y un pantalón (cómodo) de pijama (en verano en gallumbos) es lo mejor para dormir... o en bolas, claro, así no tienes el problema de que se te metan las costuras por ningún lado

Unknown dijo...

Soy Aldo, que bueno tio, como me he llegado a reir xDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDD