El verano es una mala epoca para la Jennys. Todos sabemos que la calor dilata los cuerpos, sus cuerpos, que ya eran grandes sin necesidad de muchas dilataciones, están sometiendo a una presión a los tops que ni el jefe de seguridad de las olimpiadas.
Por no hablar de que la calor hace proliferar las jennies por doquier, sin ir más lejos en mi escalera han aparecido un pequeño grupo de tres jennies. La mayor de las tres es del tamaño de un luchador de sumo que ha dejado de cuidar su linea alimentandose a base de profiteroles. Confío en que no sepa leer porque podría darme una nata de esas que convierten un craneo en una maraca.
Por raro que parezca no quiero hablar de las jennies hoy, hoy quiero hablar de sus padres, de sus progenitores, de los inconscientes que causaron su nacimiento. Quiero hablar de ellos porque ultimamente estoy viendo un espécimen muy peculiar por mi santo barrio.
Todos tenemos calor, menos cuando estamos en la oficina que entonces tenemos frio. El calor nos hace vestirnos de las formas más fresquitas posibles, pero no hace falta que liguemos fresquitas a horteras. Por tutatis que hay prendas frescas sin necesidad de ser horteras.
El caso es que últimamente me estoy encontrando bastantes hombres, llamesmoles "EeehquiyondevasToñooentepacaquehacecalo", que van vestidos de forma muy peculiar.
Empezaré la descripción por los pies.
Van calzados con sandalias de tiras dejando al descubierto unos dedos que provocaría el suicidio de algunos podologos... ¡QUE UÑAS! No es solo que sean largas como dagas persas, el problema es la coloración que parece que hayan estado arando con ellas en un campo de alquitrán.
Las piernas, y lo que no son las piernas, van mínimamente cubiertas por un pantalon corto que llega a medio muslo.
El problema está en la camisa o camiseta. Esta suele ir arremangada hasta dejar al descubierto una barriga. Una barriga que da sentido a la invención de la palabra. Es como si se hubieran comido una sandía. La piel que envuelve tamaño organo está en tan tensa como la piel de un tambor. Una caída frontal de uno de estos seres provacaría que oscilara sobre la protuberancia de su barriga volviendo a acabar de pie pero invertido, o lo que es lo mismo sobre su cabeza. Por si fuera poco el que vayan con la camisa abierta o camiseta arremangada suelen ir acariciandose la barriga como si se tratara de un perrito. Entiendo que ahí dentro hay litros de cerveza invertidos, pero ¿realmente es necesario ir por ahí acariciando tan preciado tesoro?
Arriesgandome a que vengan a mi casa a raptarme por desvelar secretos de estado voy a contaros la verdad.
Ellos, los "EeehquiyondevasToñooentepacaquehacecalo", en realidad son los padres de la jennies (esto ya lo había dicho). En la elaboración de las jennies no interviene ninguna mujer, ellos son como las gallinas (unos guarros) incuban durante unos años dentro de ellos una jenny para acabar poniendo un huevo del tamaño de un melón de color fucsia y blanco del que nacera una pequeña jenny pelona, con su pantalon adidas y sus pendientes de aro retorcido.
2 comentarios:
AJAJAJAJA, yo de estos he visto muchos por mi barrio, se te ha olvidado comentar que un alto porcentaje de estos especimenes tiene los hombros y la espalda tan pobladas de pelos, que podría considerarse como un microsistema con su propio equilibrio natural.
xDDDDDDDDDDDDDDDDDDD
Saludos !!!!!
Que soy Aldo! por si no lo sabes ;D
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